“Ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros daros herencia con todos los santificados”
Por último, me gustaría referirme al poder de la palabra por su enorme capacidad para trasmitir mentiras, tratando de captar la atención del interlocutor para decirle algo que en realidad no es cierto.
Asimismo, debemos usar nuestras palabras para orar unos por otros y declarar la sanidad y liberación en las vidas de aquellos que lo necesitan. El poder de nuestras palabras unido a la intervención divina puede traer sanidad física, emocional y espiritual a aquellos que están afligidos.
A pesar del poder destructivo de las palabras, también podemos utilizarlas para sanar y transformar vidas. Proverbios sixteen:24 nos dice: «Nice text are just like a honeycomb, sweetness to the soul and health and fitness on the bones».
Así como nuestras palabras pueden tener un impacto positivo en los demás, también pueden causar un daño significativo. Las palabras ofensivas y vulgares pueden herir profundamente a las personas y afectar su autoestima y confianza.
Por eso, es fundamental que cuidemos nuestras palabras y las sometamos al Handle del Espíritu Santo.
Reconocer la autoridad de la Palabra de Dios implica aceptar que sus mandatos y principios deben regir nuestras vidas en todos los aspectos.
El poder de la palabra se refleja en todas las áreas de nuestra vida. Lo que decimos puede tener un impacto profundo en nuestras relaciones, en nuestro trabajo y en nuestra salud emocional. Nuestras palabras tienen la capacidad de cambiar la dirección de nuestra vida y la vida de los demás.
Vamos a ver cómo se puede utilizar el poder de la palabra para que se ponga de nuestro lado, para hacer daño o simplemente conseguir algo de nuestro interlocutor, aunque sea hacerle feliz.
Atacando a los demás, pensando que la validez de su mensaje les confiere el resguardo ethical necesario para sesgar las vidas de quienes se oponen o permanecen indiferente al mismo.
La palabra tiene un poder tremendo para construir o destruir. En esta predicación, exploraremos cómo las palabras pueden impactar get more info nuestras vidas y las vidas de quienes nos rodean.
Nuestras palabras pueden ser una fuente de aliento para los demás. En Efesios four:29, se nos insta a hablar palabras que edifiquen y sean beneficiosas para los demás.
Nuestras palabras no solo tienen un impacto en nuestras relaciones con los demás, sino también en nuestra relación con Dios. La forma en que hablamos puede ser un testimonio de nuestra fe y de nuestra relación con Dios.
Esto significa que debemos utilizar nuestras palabras para construir y fortalecer a los demás, para brindar consuelo y aliento en los momentos de dificultad.